Llegamos a Ponte (Valseveranche, Valle de Aosta), uno de tantos paraísos que hay en los Alpes; allí hay un puesto de información de todo el valle, meteo, teléfonos y todo lo que necesitan los innumerables senderistas, escaladores, alpinistas, ciclistas, esquiadores....... Nosotros necesitábamos que llamara al Refugio Vittorio Enmanuele y nos reservara plaza para tres, la chica muy amables así lo hizo (esto no ocurre en Francia).
Por la mañana tomamos dirección hacia el Refugio (600 metros de desnivel y unas dos horitas), donde llegamos a la hora de comer. Hacia sol esplendido, comimos fuera en un pequeño lago. Por la tarde nos dieron el sitio para dormir y cenamos en el Refugio: una botelliata de vino, con pasta, carne y postre casero, un lujazo.
Nos acostamos a las diez de la noche, ya que a las cuatro había toque de diana y desayuno. Rocío se quedaría durmiendo y nos esperaría a que bajásemos de la cumbre.
Con los frontales y bien preparados empezamos a subir los 1300 metros de desnivel que nos quedan para llegar a la cumbre del Gran Paradiso (4061 m). Empieza a amanecer cuando nos ponemos los crampones a 3200 metros, increíbles las vistas de todo los Alpes, estamos maravillados. Nos ponemos todo el equipo (crampones, arnes, casco) y nos encordamos. Empezamos con unas palas de nieve con mucha pendiente; llegamos al collado donde el viento era muy fuerte. Hay gente que se da la vuelta. Vemos la cumbre, continuamos y después de sufrir un poco llegamos a la cima, donde hay que coger numero para llegar hasta la Madonna. El cielo se ha cubierto en un instante y amenaza temporal. Nos hacemos la foto de rigor y bajamos echando leches, para el Refu donde nos espera Rocío. Pagamos y nos vamos hacia la furgo; allí nos espera una merecida comida después de diez horas sin parar de andar y el placer de quitarte las botas de montaña.
,
No hay comentarios:
Publicar un comentario