Nos hemos decidido por uno de los barrancos más bonitos de la zona, aunque sin saberlo, ¡¡sorpresa¡¡ cuando nos hemos acercado a éste no llevaba agua.
Sin agua ya nos ha parecido muy bonito y entretenido; palabras de los que lo equiparón: "Un lugar para disfrutar de un entorno salvaje".
Se encuentra en el Desfiladero de la Hermida, en los Picos de Europa en Cantabria.
Tiene una subida muy potente para llegar a la cabecera de éste, pero impresionantes las vistas. Desde que entras en el cauce, no paras de rapelar, uno tras otro sin tiempos muertos, como nos gusta a nosotros. Casi todos los rapeles de 20 y 25 metros, no tenemos ni que liar las cuerdas de uno a otro. Escuchamos los coches por el desfiladero y a veces vemos el Río Deva, parece que lo tenemos cerca pero seguimos encadenando rapel tras rapel.
Con una longitud de 450 metros y un desnivel de 350 metros descendemos éste sin aburrirnos, aunque echamos de menos un poco de agua. Casi llegando abajo, nos encontramos con un rapel muy bonito de 25 metros y a continuación una toba preciosa, que casi se parece más a una cueva que a un barranco. Poco después llegamos al Río Deva, el cual tenemos que cruzar sin demasiado problema ya que no tiene mucho caudal.
Entre la Toba, y que hay que cruzar un río que puede ir crecido, nos recuerda al Barranc de l´Infern en el Pirineo Catalán, que también realizamos la última vez casi seco, eso si, mucho más fresquitos.
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