La previsión del tiempo para hoy eran tormentas, así que por la mañana hemos decidido hacer este barranco, que transcurre por el Río Asó, que está muy cerca del famoso cañón de Añisclo (muy visitado en estos días por turistas de todo tipo, incluso con chanclas).
Ya con el coche aparcado y con las mochilas listas del día anterior, salimos por delante de un grupo grande. Siguiendo las indicaciones llegamos a la entrada del barranco, en el cual entramos sin neopreno, ya que la primera parte es una zona de crecidas y es todo en seco. Lo que más nos ha llamado la atención han sido las grandes marmitas llenas de grava, imaginándonos lo potentes que tiene que ser las crecidas.
Hacia la mitad está la surgencia que le da vida al barranco, así que en este punto nos equipamos bien y en un pequeño salto nos dimos cuenta de lo fría que estaba el agua.
El barranco discurre por un cañón de calizas y dolomías. Es un cañón abierto por lo que existe abundante vegetación, siendo mayoritarios los melojos y el boj.
No tiene dificultades, solamente un rapel de unos 12m ya en el Molino de Asó, siendo éste el final del barranco.
Resumiendo: barranco fácil, sin dificultades (con niveles de agua normales). Equipamiento aceptable, acceso y retorno cómodos.
Como nota negativa: excesivamente frecuentados por empresas, así como al final con muchos turistas bañándose en el río.
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